Edy Smol, el “supremo”, un ícono de la comunidad gay en México y Latinoamérica. 

Un deslenguado crítico de la moda, conocido principalmente por su participación como conductor en el famoso programa “Cuídate de la Cámara” de la cadena televisiva E! Entertainment Televisión. Su nombre real es Edgar Smolensky y es todo un veterano en el tema del fashion. Amante de las pasarelas, ocurrente, divertido y muy oportuno es nuestro querido Edy, todo un personaje que bien sabe entretener, no solo por su espontánea personalidad, sino por el toque de frescura que otorga con sus excéntricos outfits.

Desde muy pequeño, Edgar presentó una personalidad rebelde, de hecho se define a sí mismo como un chico “disruptivo”, porque nunca le pone límites a su maravillosa creatividad. Tuvo la fortuna de crecer junto a una familia con toda la disposición de apoyarle en cada sueño y decisión que tomaba, además, sus padres lo tuvieron muy jóvenes, lo que les permitió tener mucha cercanía y una relación bastante cool.

De chico era bastante normal, pero lo que sí llamaba la atención era que vivía dibujando, pintando y diseñando. Amaba vestirse con un estilo propio, sin estereotipos ni esquemas a seguir, de hecho, le insistía mucho a su madre para que le permitiera escoger su propia ropa; con el paso de los años, su interés por el mundo de la moda se fue incrementando. 

Su primer trabajo fue a los 8 añitos, en una bodega, donde cargaba cajas después de un tiempo pasó al mostrador atendiendo clientes. Cuando llegó el momento de cursar estudios universitarios, se fue por el ramo del marketing y se licenció como mercadólogo en la Universidad Nuevo Mundo, con especialización en publicidad y mercados masivos, pero se declara un amante del mundo artístico en general. 

Desde que estaba estudiando y durante prácticamente toda su carrera universitaria, se dedicó a ser consultor de “retail” y daba asesorías a tiendas y marcas internacionales, es por ello que Edgar Smol, considera que las cosas se le han dado “por accidente”. Cuando tenía alrededor de 19 años, una compañía muy grande en México de ‘retail’, le pidió que trabajara con ellos, así que comenzó a ser consultor estando aún en la carrera de mercadotecnia.

También tuvo la grandiosa oportunidad de desempeñarse como asistente general de Marketing de Sears México desde 2008 y fue en el 2011 donde se convirtió en jefe comercial de ésta compañía. Pero su más grande logro ha sido su participación como presentador del programa “Cuídate de la cámara”, donde Edy da su punto de vista junto a otros expertos sobre los outfits de los famosos y esto con la compañía de una celebridad en cada episodio. Forma parte de este proyecto televisivo desde el año 2011 hasta la actualidad, con más de 12 temporadas al aire Cuentan con seguidores de Marruecos, Alemania, Panamá, Bolivia y Argentina y muchos otros países del mundo. Además, se ha transmitido en Canal Sony, E! Entertainment Televisión y Telemundo. También fue colaborador para el programa Estilo DF.

 

Para nadie es un secreto que Edy ha sufrido una metamorfosis, y esta se ha podio evidenciar en sus programas televisivos, ya que su apariencia física ha sufrido un sinfín de cambios desde la temporada número 1 hasta la actualidad, y es que Edgar llegó a pesar 180 kilos, lo cual le trajo una gran cantidad de problemas de salud, por lo que decidió implementar en su vida una rutina de ejercicios y dietas que dio como resultado bajar 65 kilos. Su nuevo peso trajo como consecuencia muchos rumores de enfermedad y algunos hasta llegaron a especular que era VIH positivo, situación que ha desmentido en varias oportunidades ante los medios de comunicación. 
  

Sin duda, Edy Smol se tiene merecido el título de “Gurú de la moda”, y es que adora ser un consejero para aportar siempre en positivo a todo aquel que quiera su asesoría. Cabe destacar que este chico lo que tiene de excéntrico, lo tiene de bondadoso, ya que ha participado en varias organizaciones sin fines de lucro, mostrando su pasión por la ayuda social, actitud que le ha permitido romper con esa percepción de banalidad y superficialidad con que muchos le han querido vincular.