El chef Juan Arroyo nació en Zacatecas, y cuando era pequeño su familia se mudó a Monterrey donde ha pasado gran parte de su vida y donde se desenvuelve profesionalmente. El llamado a la cocina como profesión sucedió de pura casualidad en unas vacaciones de verano cuando tenía 15 años.

 

Su hermana trabajaba en un restaurante de la localidad y le preguntó si tenía planes para esas vacaciones. Como no tenia nada mejor que hacer, Juan Arroyo aceptó la oferta de su hermana de acompañarla al restaurante y ayudar en la cocina. Una vez allí, la jefa de la cocina lo puso a picar papas y otros ingredientes y al ver que tenía muy buena técnica lo dejaron quedarse a trabajar el resto del verano, como un ayudante más. 

 

Para el chef Arroyo estos reconocimientos fueron de gran motivación para él. Además de que todo el movimiento de la cocina y la actividad en los fogones atrapó su curiosidad.  Cuando culminaron las vacaciones y regreso a continuar sus estudios en la prepa negoció en el restaurante el cambio de turno para seguir trabajando después de las clases. Fue gracias a este trabajo que pudo costear sus estudios universitarios. No obstante, una vez culminada su carrera, el chef tomó la decisión de continuar con su carrera culinaria. 

 

El primer restaurante donde Juan Arroyó pudo ejercer en los fogones fue en el Restaurante Vegetarían, donde estuvo 11 años. Para él fue una época muy importante ya que fue en ese tiempo que cuando se dedicó a perfeccionar su técnica de sazonar y aprender cada una de las áreas de una cocina profesional.  

 

Para este chef, la verdadera base de un cocinero es saber dar la correcta sazón a la comida. Más allá de la propuesta estética de un plato, el sabor y el olor deben estar acorde con lo que el comensal capta visualmente. Si esto no sucede la experiencia está incompleta y pierde sentido. Es por ello que su filosofía se centra en el trabajo de cocinar y darle buena sazón a cada ingrediente, respetando los productos para crear platos inolvidables.

 

El chef Arroyo con su carrera profesional ha logrado capturar lo mejor de los sabores clásicos y las recetas tradicionales y conocidas en una visión propia deliciosa y creativa. Su impecable formación le ha ganado una posición de liderazgo entre sus colegas. Gracias a un currículo impresionante que abarca desde una increíble estadía en el reconocido grupo Pangea ejerciendo posiciones de relevancia en Genoma, Vasto, La Embajada hasta llegar a El Urbano. 

 

 

El chef Juan Arroyo desde el inicio de su carrera gastronómica se planteó el reto personal de demostrar su capacidad para manejar diferentes tipos de cocina. Por lo que no es de extrañar que actualmente es director de seis restaurantes: La Doña, Piquina San Pedro, Bistro Monsieur, y Bravo Butchers, Mylita Cocina y Central Namu, repartidos en Villahermosa, Tabasco. Cada uno tiene un concepto, pero todos tienen el sello del chef: selección de los mejores ingredientes, buena sazón, y montajes impecables. 

 

Con un estilo de trabajo que apunta a que el éxito de un restaurante dependa de todo su equipo, lo llevó a tener un sistema propio donde lo más importante es la actitud de servicio, la disponibilidad y la capacidad de afrontar los retos a los que te enfrentas cada día. Porque sólo en su superación, al aprender de ellos, es posible ser un buen chef y una excelente persona.

 

Cualquiera puede pensar que este chef tiene las manos llenas. Sin embargo, Juan Arroyo no le huye a los retos. Así que cuando tocaron a su puerta para ofrecerle un puesto en el programa MasterChef México, como chef ejecutivo, pues no iba a negarse. 

 

El chef Arroyo es el responsable de entrevistar y elegir a los posibles los concursantes durante los diversos castings. Luego cuando ya el programa esta al aire le corresponde supervisar la preparación de los platos para que los concursantes tengan un buen desempeño al momento de su participación. 

 

Para Juan Arroyo esta tendencia de los programas de cocina como MasterChef le parece muy importante, porque con ellos se le está dando la relevancia que merece un aspecto fundamental de la cultura mexicana. Cada show equivale a una oportunidad para que la gente se entusiasme con la comida, especialmente los más pequeños. Son estas personas las que se convertirán en la generación de relevo de los actuales chefs.