En el mundo de los influencers, tal parece que siempre hay una oveja negra que resalta debido al odio que causa a sus seguidores. Muchos tiran la piedra y esconden la mano, como hay muchos que simplemente se buscan los problemas a pesar de que no quisieran. El caso a continuación es sobre este español que se llama Daniel Azahar ‘Dalas‘  Santomé que es mejor conocido como DalasReview, es un actor, escritor, a veces gamer y creador de contenido para la plataforma Youtube.

Dalas se dio a conocer en el año 2005, cuando solo era un niño inocente de 12 años que subía vídeos haciendo magia y alguno que otro cortometraje. Posteriormente estuvo a cargo del canal de DTeamVlogs, donde empezó a  ganar un poquito más de popularidad, gracias a sus reseñas. Pero, no fue hasta la creación de su canal personal DalasReview en el 2012 cuando fue reconocido en la comunidad hispana.

El contenido de sus vídeos es variado y quizás un poquito pesado, ya que existen secciones como ’50 pruebas de que Dios no existe”, “Que te jodan (cualquier aplicación)”, “Los más gilipollas de Yahoo! Answer”, “Críticas” “Bromas a mis fans’, entre otros. Aunque la gran mayoría de sus vídeos son graciosos y burlistas que te meas de la risa, de vez en cuando toca temas serios como de la religión, la política de mierda, la discriminación o la depresión, causando que hasta sus mismos suscriptores, sean sus propios haters.

Polémicas con otros influencer que le han traído consecuencias

Para quienes no lo conozcan, Dalas ha sido protagonista de numerosas discusiones con youtubers, y en ese mundillo ha conseguido ganar más enemigos que amigos. Y siempre se encuentra envuelto en un escándalo que se precie.

Tal parece que la primera ronda de polémicas comenzó el año pasado cuando los rumores acerca de que el español Wismichu admitiera haberse peleado y dado un botellazo a un chico debido a una discusión por el referéndum de Cataluña. Dalas, como muchas otras veces, lanzó una pequeña crítica (Llena de anuncios, eso si, primero el dinero, pendejos) en un video en su canal secundario, llegando incluso a decir que pudo haber sido un asesinato.

Ante esto, Wismichu con más seis millones de seguidores, no se quedó callado, y posteó un vídeo donde exponía todas las tropelías que había protagonizado su archienemigo. Logrando posicionar el video como el número 1 en su momento.

Dalas para seguir defendiendo su crítica, trató de contestar, ofreciendo según él pruebas irrefutables. El problema es que cuando creas expectativas y no respondes a ellas. ¡Ups, la cagaste wey! Porque tuvo como resultado que perdiera más de la mitad de sus seguidores, hasta el punto que ocultó el número de suscriptores en YouTube, mientras que las críticas recibidas en Twitter lo llevó a poner su cuenta en privado.

Aunque el cierre del canal duró unas pocas horas, esto fue un motivo de celebración para el pocotón de haters que llevaban mucho tiempo queriendolo desenmascarar y supuso un punto de partida para quitarle el poder que ha conseguido durante todo este tiempo en la plataforma.

Sin ser suficiente, esta polémica con Wismichu, causó que hasta el rapero Porta, quién no se llevaba pero nadita bien con Wismichu, se involucrara. causando que Dalas le repicara con insultos y retándolo a que se lo dijera en la cara.

Otro caso particular fue cuando en el 2016, Dalas fue acusado de haber acosado a menores de edad, cosa que el mismo no tardó en desmentir e informar que alguien se hizo pasar por el y que han ido pidiendo a fans bastante jóvenes, de entre 13 y 16 años, fotos desnudas y para tener relaciones sexuales.

Uno de los grandes archienemigos de nuestro querido Dalas son las ‘Feminazi’ término que adoptó para el feminismo. Este cree que vivimos en una sociedad hembrista que busca someter a los hombres y hasta esclavizarlos, por ello, su objetivo con respecto a las mujeres se basa en un intento constante de minimizar la realidad de la violencia de género contra las mujeres, intentando convencer al mundo de que la realidad es muy diferente y que no se habla de la violencia que existe por parte de mujeres a hombres… ¡Se tenía que decir y se dijo!